domingo, 27 de octubre de 2019

13. Voluntariado en Colimes

La situación en Quito no ofrecía ningún futuro para Juan, ya se había resignado a dejar en el olvido la tesis de la carrera técnica (Cap.2 Ep.21), ya no quería seguir mintiendo a Vanesa con una relación que era una farsa (Cap.3 Ep.9), ya ningún familiar lo podía recibir, desempleado y sin dinero, Agustín le ofreció la oportunidad de hacer su voluntariado en Colimes, sin importar que aun no era bachiller, solo le quedaba entregar sus responsabilidades pastorales del oratorio Don Bosco, del grupo JOCC (Cap.3 Ep.10), y terminar la relación con Vanesa. Terminado con eso encargó sus libros y algo de ropa a sus amigxs y familiares, armó una maleta no muy grande y junto a sus compañeres fue a la segunda misión en Colimes en semana santa del 2010, luego del domingo de resurrección sus amigxs regresaron a Quito, y para Juan comenzó una nueva etapa, el voluntariado juvenil en el cantón Colimes.
Mucho por culturizarse, fortalecerse y poner en práctica todo lo aprendido. Aunque todas las narraciones son reales, los nombres de la mayoría de personajes colimeñxs han sido modificados, específicamente en el caso de la comunidad de la parroquia Santa Rosa se ha tomado como referencia al apóstol Pedro y su entorno familiar según la radio novela “Un tal Jesús“. La comunidad estaba conformada por Pedro el párroco, Rufina mano derecha y cocinera, las dos hijas de Rufina, 3 misioneros voluntarios Simón, Santiago y Andrés, Jaimito el sacristán, y la secretaria, junto a esta familia diversa Juan compartirá un año de aventuras que serán contadas en los siguientes episodios.


viernes, 25 de octubre de 2019

12. Misiones en Colimes

Agustín tenía una buena amistad con un sacerdote que llamaremos Pedro, a través de él, Agustín podía conseguir lugares de misión para sus grupos, por ello el grupo Siloé junto a los grupos de les demás animadores tuvieron varias experiencias misioneras en Santa Rosa de Colimes, donde Pedro era párroco, Colimes es un cantón a dos horas de Guayaquil, donde se juntan la sapada criolla de Guayas con la belleza de Manabí, un lugar donde las reglas y leyes poco o nada se cumplían, un pueblo  pequeño y 60 recintos en extrema pobreza, tierra fértil para experiencias misioneras.
La primera misión fue en el año 2009, fueron 12 personas de 3 grupos del oratorio Don Bosco (Cap.3 Ep.1), la labor era conocer la situación y mapa de actores de Colimes, abrir puertas para misiones futuras. Lo principal era que Pedro y su equipo pastoral conozca a les misioneres quiteñes para futuras actividades.
La segunda misión fue en semana santa del 2010, hubo una participación masiva de les jóvenes del oratorio Don Bosco, motivades luego del CAM3 (Cap.3 Ep.8), 40 personas que fueron distribuidas en los 60 recintos y 7 zonas pastorales del pueblo. Juan compartió esta misión con Carlos, el mas joven del grupo Siloé, también el más inquieto e inmaduro, causó mas de un problema y conflicto, sin embargo acompañaron las celebraciones de semana santa en el recinto San Jacinto, elaboraron el mapa del recinto junto al respectivo censo de grupos vulnerables y sacramentos, crearon un grupo juvenil y el sábado santo acompañaron en la peregrinación a la parroquia Santa Rosa en el pueblo para  la pascua, celebración que reunió a más de 2000 personas.
El domingo de resurrección regresaron les quiteñes a la capital, pero Juan se quedaba pues iniciaba su año de voluntariado.


martes, 22 de octubre de 2019

11. Nómada en casas de familiares



Desde el año 2005 en que Juan salió de casa de su padre (Cap.2 Ep.18) hasta el 2010 cuando fue de voluntariado, no tuvo una vivienda fija, le dieron posada en casa de la matriarca Flery, donde el tío Luis, donde les primes Mary, Blady, Patricio, y donde varios amigxs, recuerda con mucha gratitud cuando les compañeres siloés preocupades se pusieron en modo misión, Luz, la amiga y animadora ya mencionada en otros episodios ofreció su casa de campo en Ubillus (Cap.2 Ep.4), entre todes limpiaron y crearon un acogedor espacio para Juan, pero la distancia y soledad evidenciaron su depresión y ansiedad, no pudo soportar y  tuvo que regresar a Quito a seguir buscando lugar hasta que fue al voluntariado, por más buenas intenciones todes tenían sus propias obligaciones y gastos, Juan llegaba sin trabajo fijo, sin estudios ni terminado el bachillerato y se convertía en una carga para todes les que rodeaba, a pesar que hacía servicio doméstico y limpieza para desquitar lo que gastaba y ocupaba, pero nadie tenia obligación de tener a un mayor de edad sin proyecto de vida, como solían decir “sin oficio ni beneficio”, es que ninguna actividad ni oficio le agradaba, salvo la actividad pastoral, que era el salvavidas para dar sentido a su vida, cicatrices que causaron la orfandad, el arrebatamiento familiar (Cap.1 Ep.19-20), vivir sin rumbo como aquel Caín, el judío errante castigado por perjudicar a su hermano, pero Juan nunca comprendió la razón de su castigo, solo fue la vida que le tocó vivir, mejor dicho sobrevivir sin herramientas para subsistir. 

jueves, 17 de octubre de 2019

10. Grupo Juvenil Juan XXIII

Cuando Juan y Vanesa dieron formación al grupo de adultos Juan XXIII, la presidenta era Irmita, una santa señora, pequeña en tamaño y gigante en bondad, en su trabajo pastoral su intensión era fortalecer familias, pero la realidad de todas las reuniones era caótica, les conservadores adultes se congregaban entre dogmas y conflictivas conversaciones donde salía a flote violencia de toda clase. Entre todo ese entorno pretendían que les jóvenes compartan y disfruten, la verdad era que Juan XXIII no tenia metodología para jóvenes y durante esas reuniones ellos preferían esperar afuera jugando o vacilando.
Diego era el mayor de elles, y con su formación de La Salle aspiraba crear un proceso formativo juvenil en Juan XXIII, pero les adultes se oponían tajantemente, evidenciando fanatismo conservador inclusive al interior de una misma agrupación. Cuando Irmita terminó su directiva se dedicó a atender a les jóvenes, así nació el grupo Jóvenes Organizados en Comunidad Cristiana (JOCC), Luego del CAM 3 la directiva parroquial a través de Agustín envía a Juan a dicho grupo a dar formación misionera e incluirlo en la comunidad salesiana, especialistas en procesos juveniles, esto provocó un conflicto de egos e ideologías entre Juan XXIII y salesianos con JOCC en medio, un puñado de jóvenes en situación de riesgo y violencia intrafamiliar. En un entorno tan conservador la teología de liberación fue hasta contraproducente para les ya conflictuades jóvenes, Juan durante un año les entregó formación misionera y les integró a los grupos salesianos para que el grupo no sea absorbido o disuelto y comparta las actividades misioneras. Aunque a diferencia del Siloé el Jocc lo tomó como paseos, poco o nada productivos. Al cabo de ese año Juan fue a su voluntariado, era tiempo de “sacudir las sandalias”. 



lunes, 14 de octubre de 2019

9. Vanesa, primera y última enamorada

Cuando Vanesa llegó al Siloé era una adolescente engreída de un nivel medio alto, por otro lado, Juan era el muchacho de barrio, sin modales y su carácter en ocasiones le hacía ver como patán. Al inicio Vanesa y Juan no eran buenos amigues, al punto de una discusión, donde Agustín tuvo que intervenir para amigarles, luego de un tiempo, durante una de esas fuertes convivencias de 3 días, Vanesa se quebró y Juan supo escucharla y levantarla. A partir de ello se creará una gran amistad entre les dos siloés, confiándose mucha información y pasando mucho tiempo juntes, de igual manera Vanesa supo sostener emocionalmente en las fuertes pruebas que tuvo que atravesar Juan, eso los convirtió en “hermanos en Cristo” como se decían, todo en un absoluto respeto, pues entre les dos conservadores jóvenes compartían ciertas ideologías como la virginidad hasta el matrimonio y cosas por el estilo. Por todo ello Agustín los envió juntes a la misión en el CAM 3 (Cap. 3 Ep.8), para aquel tiempo Juan pasaba hasta 4 días seguidos en casa de Vanesa, la madre de Vanesa al parecer ya se había dado cuenta que la integridad de su hija estaba muy segura junto a Juan.
Fue en una noche de lunes del 2008, a la entrada del templo de la parroquia Don Bosco, Juan y Vanesa repasaban la formación para aquella reunión con el grupo Juan XXIII, Juan solo sintió que los labios de Vanesa tocaban su boca, mientras el se dejaba llevar solo pensaba que tenia dos opciones, la primera despreciar los sentimientos de Vanesa para vivir en “pecado de sodomía”, y la segunda aceptar el amor de su mejor amiga para no “vivir en pecado”. Mientras la besaba corrían lagrimas de sus ojos por el terrible engaño que estaba cometiendo, pero se propuso vencer su naturaleza homosexual. Así empezó una relación fuera de lo común, sin sexo durante un año y tres meses que duró, durante aquellos encuentros en el obscuro closet Juan tuvo que aprender a dar placer con sus manos, pues su cuerpa no sentía atracción hacia una mujer. Quedaba culpa y frustración puesto que entre la pareja había absoluta confianza y comprensión al punto de saber lo que pensaban mutuamente, pero Juan no podría darle la familia que Vanesa soñaba, sin duda la única pareja en la vida de Juan que supo corresponder su amor. 
Para dar fin a tan vil mentira, entre otras razones, Juan dejó Quito y todo lo que conocía, con el pretexto del voluntariado juvenil y el discernimiento vocacional, ante tal decisión Vanesa le dijo que jamás competirá con Dios que fuera a su misión y si regresaba lo esperaba, y lo despidió con una bendición.
Un año después, al regreso a Quito, Vanesa seguía esperando con la esperanza de continuar la relación, pero esta vez Juan estaba en proceso de eliminar su closet, y tuvo que contarle la verdad, personalmente, pero debido al nerviosismo y a la posibilidad de que no sea escuchado tuvo que usar una carta, que por respeto permanece en lo mas íntimo de sus recuerdos, el dolor fue inevitable pero lo mínimo que se merece la única persona que lo amo es verdad y libertad. 




jueves, 10 de octubre de 2019

8. Congreso Americano Misionero

El tercer año del grupo misionero Siloé estaba comenzando, la etapa de militancia de divisaba a lo lejos, Agustín ya encargaba misiones a su discipulado, les enviaba a dar formaciones a otros grupos de distintas edades.
El y les demás animadores sabían que en determinado momento tenían que desaparecer para que les discipules se conviertan en animadores de sus respectivos grupos. La mejor oportunidad para entregar las últimas enseñanzas y que extiendan sus alas era un Congreso Americano Misionero, el tercero de realizó en Ecuador en agosto del 2008, junto a la dosis necesaria de teología de liberación, desarrollaría criterio y discernimiento en les siloés, al CAM 3 venían delegaciones de todo el mundo a “evangelizar”, Juan ya comenzó a confrontar la idea de la invasión cultural europea y el gran negocio de la multinacional más grande del mundo. Los verdaderos objetivos eran cuestionar a la gente, aprender a manejar grupos y hacer liderazgo en la parroquia donde pensaban crear sus grupos.
Formar parte del CAM implicaba mucho tiempo para preparar a los grupos parroquiales, asistir a formaciones en obras misionales pontificias y a reuniones inter parroquiales. En esta ocasión la misión sería en casa, la parroquia Don Bosco, y una vez mas el envío se realiza de dos en dos. 
Para aquel tiempo Juan y una compañera llamada Vanesa, se habían convertido en mejores amigos, en esos hermanos que la vida otorga, Agustín aprovechó eso y encomendó a la pareja la formación misionera de dos grupos de adultes extremadamente conservadores, Juan XXIII e Hijas de María Auxiliadora. En esos grupos los dos jóvenes debían dar una sucesión de capacitaciones sobre misionología, lo más difícil era manejar egos de adultos que no querían recibir enseñanzas de jóvenes. Sin embargo, se logró prepararlos para su esperado congreso. 
Al final el congreso masivo se dio, y Juan ya había perdido interés en ello, luego de tanto esfuerzo y de constatar la opulencia, vanidad y ego de la cúpula eclesial, perdió el interés por los eventos masivos, encontró mas productivo esos pequeños encuentros y convivencias entre sus hermanes siloés que crearon comunidad.



domingo, 6 de octubre de 2019

7. Trabajo como mesero

Luego del fracaso académico y de haber tenido que abandonar el colegio sin terminar el bachillerato (Cap.2 Ep.21), la necesidad económica de Juan le obligó a buscar trabajo de lo que sea, lo único que pudo encontrar fue como mesero en un restaurante por el barrio El Inca, su jornada era de 10 horas con salario básico, sin contrato ni seguro social, con descuentos excesivos por cualquier razón. Además de atender las mesas debía ayudar en la cocina y al final hacer limpieza, sintió en carne propia la explotación laboral, una razón mas para despreciar el capitalismo y la desigual distribución económica, había ocasiones en que no tenia nada para desayunar ni merendar, no podía comer nada en un establecimiento que a diario desperdiciaba baldes de comida que los derrochadores clientes no querían por banalidades como un plato mal presentado, un alimento que no estaba en su punto exacto, o por cuidar la dieta y el estereotipo corporal. Ante ello su jefa, cual ave de rapiña vigilaba a la espera de cualquier oportunidad de descuento, ansioso esperaba la hora del almuerzo, que también era descontado del salario como a todes les demás empleades, a esta situación se agrega aquella conciencia social luego de haber testificado las difíciles condiciones de vida de las poblaciones rurales durante sus experiencias misioneras (Cap.3 Ep.6), por todo ello se prometió jamás desperdiciar alimentos, no gastar en banalidades, ni  explotar laboralmente de llegar algún día a manejar personal. Lo resume en su frase “si para ser águila debo ser depredador de gallinas, prefiero morir siendo gallina”.


jueves, 3 de octubre de 2019

6. Misión Libertador Bolívar

La emoción de una misión a orillas del mar, de volver a encontrar la chispa y picardía de la juventud costeña. La semana santa del 2009 el grupo misionero Siloé se distribuyó por las playas de la provincia de Santa Elena, el animador Agustín trató de enviar a un extrovertido con un introvertido,  Juan compartió esta semana con Mario en la playa de Libertador Bolívar, conocida como “atravesao” por el rio que atravesaba el pueblo, en esta ocasión las tentaciones fueron muchas, desde el compañero de misión hasta aquelles chiques que ya habían experimentado e identificaban diversidades sexuales a tiernas edades, al poco tiempo hubieron confesiones y declaraciones por parte de les chiques del lugar, Juan supo manejar la situación y se tornaba en confidencialidad y consejería, los intentos de seducción se convertían en sanadoras confesiones entre lagrimas y aquella eterna gratitud.
Muchas fueron las historias y desahogos de la juventud que en los atardeceres junto a la briza marina confiaban a Juan, el factor común fue el fortalecimiento al grupo juvenil del pueblo, el esfuerzo de la gente por compartir lo poco que tenían, y la protección a los misioneros puesto que allí había mucha delincuencia, un pueblo de pescadores, artesanos de paja toquilla y tahua, que pasan su habilidad y sabiduría de generación en generación.
Entre los recuerdos tatuados en el alma de Juan esta aquella familia que vivía entre cortinas porque su casa de caña se había caído y en sus pobrezas insistían en proveer de desayunos a les misioneres, otro caso de una anciana discapacitada que criaba a 3 nietes y los mantenía vendiendo tortillas preparadas en tiesto y sin tomar en cuenta cualquier limitación pedía que les misioneres merendaran en su casa, y aquel hombre que murió minutos después de que le dieran la ultima comunión, murió de sida según decía la gente, en aquel tiempo Juan no tenia suficiente conocimiento ni madurez para hacer entender a la gente que no murió de sida sino de alguna enfermedad oportunista pero sobre todo  de discriminación y abandono, en su ignorancia tan solo guardó silencio y para si misme suplicó a Diosx que ese no fuese su destino, algo muy probable, aquella muerte entre discapacidad, pobreza y soledad. 
La misión terminaba con la entrega de mapeos, censos de sacramentos y la procesión masiva de pascua de resurrección al templo en forma de barco ubicado en la playa de Olón. Luego de ello era justo y necesario un espacio de desahogo y sanación en la intimidad grupal Siloé, puesto que al igual que Juan y Mario las demás parejas también habían tenido muchas experiencias fuertes.
Luego de las lagrimas y de limar cualquier conflicto esa familia Siloé disfruto un domingo de playa antes de regresar a Quito.



27. Persecución, crucifixión y resurrección en Quito

Era marzo del año 2010 , vísperas de semana santa, les detractores de Juan se habían unido, algunes estudiantes en supletorios, algunes ayud...