domingo, 6 de octubre de 2019

7. Trabajo como mesero

Luego del fracaso académico y de haber tenido que abandonar el colegio sin terminar el bachillerato (Cap.2 Ep.21), la necesidad económica de Juan le obligó a buscar trabajo de lo que sea, lo único que pudo encontrar fue como mesero en un restaurante por el barrio El Inca, su jornada era de 10 horas con salario básico, sin contrato ni seguro social, con descuentos excesivos por cualquier razón. Además de atender las mesas debía ayudar en la cocina y al final hacer limpieza, sintió en carne propia la explotación laboral, una razón mas para despreciar el capitalismo y la desigual distribución económica, había ocasiones en que no tenia nada para desayunar ni merendar, no podía comer nada en un establecimiento que a diario desperdiciaba baldes de comida que los derrochadores clientes no querían por banalidades como un plato mal presentado, un alimento que no estaba en su punto exacto, o por cuidar la dieta y el estereotipo corporal. Ante ello su jefa, cual ave de rapiña vigilaba a la espera de cualquier oportunidad de descuento, ansioso esperaba la hora del almuerzo, que también era descontado del salario como a todes les demás empleades, a esta situación se agrega aquella conciencia social luego de haber testificado las difíciles condiciones de vida de las poblaciones rurales durante sus experiencias misioneras (Cap.3 Ep.6), por todo ello se prometió jamás desperdiciar alimentos, no gastar en banalidades, ni  explotar laboralmente de llegar algún día a manejar personal. Lo resume en su frase “si para ser águila debo ser depredador de gallinas, prefiero morir siendo gallina”.


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