lunes, 30 de septiembre de 2019

5. Misión El Empalme

Para Juan era la primera misión en la costa, con cierto nerviosismo para el serrano que no le agradaba el sol ni la transpiración (Cap.1 Ep.10), pero más pudo la emoción de crear un grupo misionero en medio de costumbres y comportamientos de juventud costeña, con tanto sentimiento encontrado no pudo dormir en el bus y prefirió cantar y recibir el viento cálido que desde Santo Domingo de los Tsáchilas la Pachamama avisaba que ya estaban en tierras calientes.
Luego de 8 horas de viaje les siloés llegaron al cantón El Empalme, a la parroquia Sagrado Corazón, un templo con cierto misticismo y leyendas paranormales que pudieron influenciar psicológicamente en  algunas experiencias no tan normales que vivieron les jóvenes, primero el bulto humano que la compañera Vanesa vio pasar por una ventana a 3 metros de altura, a Juan le sucedió que le sujetaron una puerta que no tenia seguro, al pensar que era algún compañero bromista lanzó un insulto, luego de un rato fue Agustín, el animador del grupo, furioso puesto que toda la comunidad estaba sentada en la mesa esperando 20 minutos, esperando a Juan para hacer la bendición de los alimentos, entonces Juan entendió que el que sujetó la puerta no era ninguno de los vivos presentes, y el último día de misión les tocó dormir en el templo luego de la vigilia pascual, de pronto en medio del calor al interior del templo una fuerte briza agitaba las cobijas y se escuchaba como unas alas gigantes que nadie se atrevía a comprobar que era, Agustín pidió rezar a todes y el aleteo terminó conjuntamente con el padre nuestro.
Como era costumbre el envío a misiones en recintos se lo realiza de dos en dos personas, y Juan tuvo como compañero a Jonathan, un chico de 16 años estudiante de mecánica del colegio Don Bosco, juntos fueron enviados al recinto ”Las Culebras” al inicio el nombre provocaba temor, en especial en aquella noche en que Juan sintió un peso que cayó del toldo a sus piernas, pensó que era una culera y rezaba todas las oraciones que se sabia para que Jonathan no se mueva, provocando una picadura, luego de esperar inmóvil y acalambrado Jonathan despierta y la supuesta culebra salió corriendo, resultó ser el gato de la casa reclamando su territorio, luego se enteraron que el nombre del recinto se debía  al nombre y forma del rio culebrero y no a los animales. 
Jonathan ocultaba cierto problema de salud pero tenia la mejor voluntad y entrega, durante toda la misión el vomitaba todo lo que comía  y culpaba a la chucula que había tomado, una ardiente y espesa colada de maíz que también dio la novatada a Juan, pero que no pasó de una diarrea y no causó mas molestias, sin duda que en Jonathan algo mas pasaba, sin embargo eso no afectó para que esta pareja de misioneres guiaran al recinto en las celebraciones litúrgicas de semana santa del 2008, además del mapeo y censo de sacramentos por hacer. Ya de regreso a Quito a todes asustaba el aspecto amarillento de Jonathan, luego de unas semanas confesó que sufría de un problema en el hígado, pero que estaba decidido a tener su aventura misionera.




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