miércoles, 11 de marzo de 2020

27. Persecución, crucifixión y resurrección en Quito

Era marzo del año 2010 , vísperas de semana santa, les detractores de Juan se habían unido, algunes estudiantes en supletorios, algunes ayudantes pastorales extremadamente conservadores, algunas calenturientas resentidas por haber sido despreciadas ante sus seducciones y no faltaban gays de closet  en actitud homofóbica, todes habían inventado una sarta de calumnias, el balcón de las confesiones lo habían convertido en esquina de trabajo sexual, la secretaría parroquial en cuarto privado, la plaza de amigues en coliseo de orgias públicas y muchas historias de lo más descabelladas. En esta semana santa les misioneres de Quito tenían como objetivo confirmar con sus ojos aquellos comentarios, juzgar y crucificar a Juan para llevarlo de regreso y que en Quito no pueda continuar su actividad pastoral. Pero Juan ya tenia sus propios planes, suficiente constató la realidad de la iglesia católica, no le interesaba volver a pisar una iglesia, respecto a amistades Colimes fue la prueba de fuego para saber quién lo valora y acepta, los que no queden simplemente nunca estuvieron, por respeto le debía explicaciones a su ex enamorada, que con el tiempo continuaran con sus vidas cada quien por su lado. Los objetivos de Juan estaban centrados en lograr independencia económica, era una nueva lucha que empezar, lograr estudiar psicología, anular todos sus closets y formar parte del activismo glbti. Los días que le quedaban en Colimes nada le interesaba la misión de semana santa, solo le interesaba aprovechar el tiempo para despedirse de les amigues. Ante la noticia de su partida, Marcos  le propuso que se quede cuidando su departamento, manteniendo sus encuentros amorosos durante los días que no esté en Guayaquil, pero a Juan le esperaba un mundo en Quito, era necesario cerrar esa etapa conservadora como perseguidor y luego de la semana santa del 2010 asumir las consecuencias de ser perseguide y afrontar a la sociedad sin privilegios, pero disfrutando de su libertad sexual sin sentimientos de culpa, otra etapa en su vida que será contada en un cuarto capítulo.


miércoles, 4 de marzo de 2020

26. Closet para las sotanas

Para el octavo mes en Colimes la diversidad sexual de Juan ya era de dominio público, en la comunidad religiosa sometieron a Juan a un interrogatorio en reunión de toda la casa luego de la cena, una pregunta directa del párroco tuvo una respuesta directa de le misionere quiteñe afrontando su diversidad, que en aquel momento la llamo bisexualidad, temblaba helado con la presión en el suelo en medio del calor colimeño, y a sus lados las ayudantes pastorales Rufina y la hermana de Andrés, pasaron de denunciantes a maternales apoyos ante la reacción de Juan, a partir de aquella confesión inundó la desconfianza y hostilidad en las actividades pastorales, limitaciones en las responsabilidades académicas, desconfianza en misiones, en acompañamiento al pueblo y la prohibición de la vida nocturna, esto creó conflicto con la comunidad puesto que la obediencia no estaba dentro del plan de Juan. Al noveno mes de voluntariado Juan ostentaba con orgullo su sexualidad diversa en todo el pueblo y poco a poco muches otres se habían sincerado, los sábados la barra del chino se convirtió en discoteca gay, pues a Juan se le juntaban una docena de diverses cuyos nombres jamás se recordará, a este plumerío se le juntaban alegóricos personajes de pueblos vecinos, inolvidables fiestas que no necesitaban de junio para celebrar su orgullo en cualquier fecha, la noticia llegó hasta Quito pero tergiversada con chismes, el inicio del fin. 



27. Persecución, crucifixión y resurrección en Quito

Era marzo del año 2010 , vísperas de semana santa, les detractores de Juan se habían unido, algunes estudiantes en supletorios, algunes ayud...